No siempre, tal vez nunca, quizás hoy puedo confesar que ayer estaba sola. Un buen libro hizo las funciones del amigo y leídas unas páginas descubrí esa mirada tuya. Cuantos años negándote, días de risas y también lágrimas; simplemente días vacíos.
Hoy se que al partir me rodeaste de luz, abrazo cálido y amoroso. Pero te habías ido y yo incapaz de sentir, tan solo he podido mal vivir.
De nuevo regreso ahora con las fuerzas de quién amó y sin temores reconozco ante ti y frente a un espejo que el duelo es vivir. El amor no se fue contigo
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